Alberto Cabello (@pixelillo en Twitter) acaba de regresar de Malta, a donde se fue de vacaciones con unos amigos. Eligió el sitio fiándose de las opiniones que había oído y ahora es él quien recomienda la experiencia:
Tras un comienzo de año frenético, llegaron mis vacaciones. Apenas eran siete días de desconexión, pero iban a merecer la pena. Mis amigos y yo decidimos que Malta fuese el destino de este año. Nos habían hablado mucho y bien sobre la isla, así que no nos costó mucho decidirnos. Buscábamos sol, turismo y buena marcha, que suelen ser los tres pilares básicos de unas vacaciones de un grupo de veinteañeros, y Malta nos ofrecía esas tres opciones juntas.
Y así fue. Tras un cómodo viaje de dos horas llegamos a Malta. Durante siete días desconectamos de todo en St. Julians, un municipio no muy lejano a La Valletta que acoge a muchos turistas en los meses de verano. Desde allí saltamos a la capital, que a mí personalmente me fascinó por su antigüedad y por su vida tranquila. También conocimos el resto de islas del archipiélago maltés. Nos enamoró la pequeña isla de Comino, todo un paraíso de formas rocosas labradas por el mar con una laguna interior espectacular. Y tan bonita como Comino es Gozo, una isla más grande que la anterior donde uno ha de perderse.
¿Hablamos del clima? Aquello es un seguro de sol. Ni una sola nube en días. Calor, pero tampoco insoportable. Si queríamos marcha, Paceville, que es la zona de marcha más conocida de la isla estaba a apenas dos minutos de nuestro hotel. ¿El idioma? No era barrera, y los malteses son gente muy amable y atenta con los visitantes. El transporte en Malta es barato, lo cual facilita las cosas a los turistas.
Teníamos centenares de excursiones y actividades interesantes a nuestro alrededor, pero el tiempo pasó volando y apenas pudimos hacer algunas. Que en el fondo también fuimos a descansar. Casi sin enterarnos llegó la hora del regreso a casa, y dejamos atrás una isla atractiva. Especialmente interesante para gente joven, o para el que quiera combinar unas vacaciones veraniegas con el aprendizaje de idiomas. Muchas cosas se quedaron en el tintero, o sencillamente las dejamos ahí para una posible vuelta a la isla. En resumen, un buen viaje a un país muy interesante.
Foto: Alberto Cabello en Flickr