Entre tantas otras cosas, Malta es conocida en todo el mundo por su antigua historia que tiene en su haber más de 7000 años a lo largo de los cuales se han adorado diosas, se han vivido naufragios y han aparecido y desaparecido pueblos enteros. Pero hay un período en la historia maltesa que viene atrayendo la atención del mundo desde hace mucho tiempo: la historia de los templos prehistóricos esparcidos por las islas, conocida como la Era de los Templos.
La actividad humana llegó a las islas en el Neolítico, cuando las tribus sicilianas comenzaron a desplazarse en embarcaciones improvisadas y muy rudimentarias. Malta y Gozo fueron los destinos principales a los que llegaron. Con los sicilianos llegaron las semillas y los animales de granja, las técnicas alfareras y textiles. Durante los primeros años, los pobladores usaron las cuevas como refugio y más tarde construyeron pequeños asentamientos en la parte oriental de las islas.
Mientras que Sicilia pasaba a la Edad del Cobre, los pobladores malteses seguían utilizando la piedra como elemento principal. Es acaso por eso que alrededor del 4000 aC al 2500 aC, tuvo lugar en Malta uno de los períodos más curiosos de la historia del Mediterráneo: la Edad de los Templos. Bautizado en honor a las grandes construcciones que tuvieron lugar durante este periodo.
En casi todos los templos se han encontrado estatuillas y la presencia recurrente de una en particular que tiene esculpida la figura de una mujer opulenta: la Diosa Madre, adorada por los agricultores para asegurase buenas cosechas.
Mnajdra, Tarxien y Ggantija, Hagar Qim, Kordin, Skorba, y Ta ‘Hagrat, entre otros, son templos de piedra que reflejan un refinamiento notable en la arquitectura que se había empleado hasta ese momento. La particularidad radica en la estructura que presentan. Se trata de templos con formas lobuladas que cuando se observan desde una vista cenital, se distingue la forma del cuerpo de la Diosa Madre.
Este rico período en de la historia maltesa tuvo un repentino final que aún hoy no tiene una explicación unánime y certera. La mayoría de los arqueólogos e historiadores creen que tan repentino final puede deberse a la suma de varios factores como el clima adverso que sobrevino en esos años (sequía, terremotos), la sobreexplotación de los recursos y la superpoblación que vivió la isla.
Los pobladores malteses de aquella época dejaron un legado que hoy admirado por el mundo entero.