Como sabes, la cocina tradicional maltesa bebe de la influencia de la gastronomía de los diferentes pueblos que han ido ocupando el archipiélago a lo largo de la historia. Así, veremos influencias árabes, africanas, francesas, españolas y, por supuesto, italianas.
Si te gusta la cocina italiana, en tu viaje a las Islas Maltesa no puedes dejar de probar la ftira, una especie de pizza propia del archipiélago. Un delicioso plato similar al famoso italiano, pero al más puro estilo maltés. A continuación, te dejamos su receta. Ponte el delantal y ¡a empezar!
Ingredientes para la masa:
2 cucharadas de levadura
Media cucharadita de sal
2 tazas y media de harina
250 ml de agua templada
1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
Ingredientes para la salsa:
1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
1 cebolla pequeña, finamente picada
2 dientes de ajo machacados
420 gramos de salsa de tomate
1 cucharada de azúcar
1 cucharada de orégano
Ingredientes para el relleno:
5 patatas medianas cortadas en pedazos pequeños
1 cebolla grande finamente picada
2 tomates frescos picados finamente
150 gramos de mozzarella
Rúcula
Aceitunas negras
Boquerones
Aceite de oliva virgen extra
Preparación:
Introducimos la levadura, sal y la harina en un bol y mezclamos bien. A continuación, añadimos poco a poco el agua y el aceite de oliva y amasamos la masa durante unos 10 minutos hasta que esté suave y elástica. Seguidamente, disponemos la masa en una bandeja para hornear previamente engrasada, y dejamos reposar durante unos 30 minutos, hasta que doble su volumen.
En una cacerola, calentamos el aceite a fuego medio y cocinamos la cebolla hasta que se dore. A continuación, agregamos el ajo, revolviendo sin parar, el azúcar y el orégano. Dejamos que cocine a fuego lento durante unos 150 minutos.
Dividimos la masa en dos y formamos dos especies de pizza de 30 cm de diámetro. Las colocamos en dos bandejas para hornear y añadimos la salsa. Seguidamente, disponemos las rodajas de tomate fresco, cebolla, anchoas, aceitunas, patatas y mozzarella. Añadimos las rúcula y, finalmente, horneamos a 200 grados durante 30 minutos.
¡Buen provecho!