Si sigues el blog de Malta desde hace tiempo, te habrás dado cuenta ya de que los fuegos artificiales son una gran tradición maltesa. Presentes en toda celebración que se precie, su origen en el archipiélago se remonta a la época de los Caballeros de San Juan, en el siglo XVI, cuando se empleaban para expresar el júbilo con motivo de ocasiones especiales, como la elección de un nuevo Gran Maestre o Papa, el nacimiento de un príncipe, etc.
Si bien las primeras creaciones pirotécnicas se basaban en la técnica de los cañones y armas de fuego, es, durante los siglos XIX y XX, cuando este arte se profesionaliza en Malta, coincidiendo con los tiempos de colonización del Imperio Británico.
Hoy en día la tradición se perpetúa y cada fiesta o gran acontecimiento nacional es rematado con los tradicionales fuegos artificiales, que son organizados en festividades, fiestas religiosas, etc. En este último caso, los fuegos tienen una connotación mística, puesto que sirven para ahuyentar los malos espíritus.
Desde el primer fuego artificial, lanzado en 1738 para clausurar la fiesta de Santa Elena en Birkikara, los fuegos se han anclado firmemente en la cultura maltesa y se han convertido en un atributo clave de cada ciudad y pueblo maltés, los cuales rivalizan en creatividad para proponer el espectáculo más impresionante.
Una fecha muy destacada en el calendario de acontecimientos en Malta año tras año es el Festival Internacional de Fuegos Artificiales (Malta International Fireworks Festival), el cual conmemora la entrada del país en la Unión Europea el 1 de mayo de 2004. La 15 edición de dicho festival tuvo lugar este año del 16 al 30 de abril. Durante estas dos semanas de competición, Malta atrajo a maestros de la pirotecnia procedentes de Australia, Canadá, Venezuela, Italia, Austria, España, Portugal y Reino Unido.