Con la llegada del otoño y los meses más fríos, a veces necesitamos desconectar de la rutina y olvidar por unos días el estrés de la ciudad. Para ello, nada mejor que una escapada al archipiélago maltés y, en concreto, a la isla de Gozo, donde la única obligación que tendrás es la de relajarte rodeado de una exuberante y hermosa naturaleza. En el blog de Malta te contamos por qué deberías conocer Gozo en otoño.
La hermana mediana de las islas maltesas se caracteriza por sus paisajes salvajes y sus pueblitos escasamente habitados, donde prima la tradición y donde es posible vivir de cerca la verdadera y más auténtica esencia del espíritu maltés.
Con la llegada de noviembre, los paisajes gozitanos se tiñen de los colores propios del otoño, confiriéndole un aspecto pictórico de belleza extraordinaria, que no deja indiferente a prácticamente nadie que la visite en esta época del año. Además, durante estos meses la afluencia de visitantes desciende notablemente, lo que permite disfrutar al máximo de la tranquilidad y tempo pausado propios de Gozo, sin tener que renunciar a las suaves temperaturas y días soleados característicos de Malta.
Gozo, además, es sinónimo de historia, la cual se remonta miles de años atrás y ha dejado monumentos únicos, como los famosos templos de Ggantija, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y uno de los sitios arqueológicos más importantes del mundo, cuyo levantamiento data del 3600 a.C. Tampoco se ha de dejar de visitar la Ciudadela, en Rabat, que ofrece espectaculares vistas de toda la isla.
Pero Gozo no sólo cuenta con monumentos históricos, sino también con apabullantes monumentos naturales, como la conocida Ventana Azul, la Bahía de Xlendi o Ramla Bay, una de las playas más hermosa de toda Malta. Muy cerca se encuentra la Cueva de Calipso, donde, según la leyenda, la ninfa del mismo nombre retuvo en cautiverio a Ulises durante siete años antes de que pudiera regresar a su hogar.
Ya sabes: si estás planeando una escapada otoñal, la isla de Gozo es tu lugar. ¡Te esperamos en la isla de Calipso!