Si estás planeando un viaje a Malta, pero eres de los que prefieren vivir experiencias auténticas del lugar y alejadas de los recorridos turísticos más típicos, toma nota de estas recomendaciones de cosas a hacer en Malta.
Marsaxlokk es un excelente lugar para comenzar. Sus restaurantes ofrecen deliciosos platos de pescado y marisco fresco que pueden ser degustados junto al mar, mientras se ve a los pescadores faenar. Tras la comida, se puede pasear por el pintoresco pueblo y comprar miel maltesa en alguno de los puestos de productores instalados en el paseo, o bien artículos de cuero e imanes de la cruz de Malta. El lugar cobra especial vida los domingos, cuando los lugareños se acercan al mercado para adquirir productos frescos y negociar el mejor precio con los vendedores.
Para descubrir secretos poco conocidos, siempre es recomendable alquilar un coche y dejarse llevar por los caminos y senderos que circundan la costa maltesa, la cual revela hermosos paisajes y localidades de pequeño tamaño donde se conserva intacta la auténtica esencia del país.
Un gran desconocido de los productos típicos malteses es su vino, elaborado a base de cabernet, chardonnay y gigertina, una uva autóctona que produce un caldo delicado y de color pajizo. Algunas de las bodegas emplazadas en los campos malteses ofrecen interesantes catas en las que degustar buenos vinos acompañados de ricos aperitivos típicos malteses, como el hobz biz-zejt, un pan maltés rociado con tomate y aceite de oliva picante.
Siguiendo con la gastronomía, los festines de conejo, conocidos como noches de fenkata, son una forma popular de celebrar ocasiones especiales junto a la familia y/o los amigos. Algunos restaurantes organizan veladas de fenkata ocasionales, presentándose como una excelente oportunidad para que los visitantes puedan degustar el plato nacional maltés. Una buena opción es Diar Il-Bniet, donde la carne de conejo se cuece a fuego lento en aceite, vino y ajo. Este acogedor restaurante tiene, además, una granja de ovejas y viñedos. No olvides degustar sus vinos de elaboración propia.
Otra recomendación es conocer la oferta de agroturismo en Malta, la cual es, cada vez, más amplia. Por ejemplo, puedes dirigirte a las afueras de Zebbug, donde los propietarios de Tal-Karmnu te acompañarán en un recorrido por su granja para, después, darte a degustar su rico queso elaborado a base de leche de oveja y su kunserva, una pasta típica maltesa preparada a partir de tomates secados al sol.
En Valletta, la capital, también es posible vivir, en primera persona, auténticas experiencias maltesas. Por ejemplo, dirígete a St. Lucia’s Street, para echar un vistazo a sus tiendas de joyas de filigrana maltesa, o tomar un té caliente con pastizzis en el elegante Caffe Cordina.
Y tú, ¿nos recomendarías una experiencia auténtica y original a vivir en Malta?