- Malta es el destino perfecto cuando hablamos de sol y playa, pero durante las navidades esta ciudad se convierte en todo un escenario de película. Calles llenas de adornos navideños, luces y colores incitan a la magia a sus visitantes. Numerosos actos tradicionales de esta época esperan a todos aquellos que quieren vivir el espíritu navideño del archipiélago maltés.
Si por algo Malta es un destino tan popular en Navidad es por sus increíbles belenes artesanales. Los artesanos de presepju, como son conocidos allí los belenes, exponen con orgullo sus piezas en el interior y en las ventanas de sus hogares, llenando las calles de las ciudades con pequeñas representaciones del nacimiento de Jesús. No hay rincón de la ciudad que no se vista para la ocasión. Y claro, las iglesias no son menos. Su interior alberga trabajadísimos belenes de diversos materiales como madera, virutas de piedra, o papier – mâché.
Los adornos navideños no son lo único que llenan las calles de magia y cultura. Aprovechando tu estancia en Malta es de parada obligada admirar las puertas de las casas y edificios malteses. Todas ellas cuentan con detalles muy especiales que las hacen diferentes al resto y, en especial, se pueden admirar en Valletta.
Aldabas decorativas y originales, placas religiosas que protegen la casa de cualquier mal, y hasta arcos de conexión ideados en la antigüedad para evitar tener que pasar por la calle y poder ir de un edifico a otro ahorrando tiempo. Todo esto y más en localizaciones como Rabat, Medina o Birgu.
Los días 24 y 25 no podían faltar los eventos típicos de estas fiestas. En la noche del 24 de diciembre, se celebra la tradicional Misa del Gallo, dictada por los más pequeños de la casa para, al día siguiente, seguir siendo los protagonistas. Disfrazados de distintos personajes bíblicos, caminan juntos hacia la iglesia llenando las calles de risas y espectáculo. ¡Merece la pena vivirlo en primera persona!
La Navidad es la fecha más especial del año y sin duda Malta es el destino perfecto. Un archipiélago de paisajes asombrosos, y una cultura, gastronomía y temperatura tan agradable que permite disfrutar este destino en cualquier época del año, incluso en épocas más frías como la Navidad.