¿Alguna vez has querido descubrir ciudades con historia? Estás de suerte porque Mdina y Rabat son las ciudades más hermosas del archipiélago maltés. Ubicadas en el centro de Malta, estas dos ciudades son indispensables en tu viaje por dos razones: para conocer sus tesoros arquitectónicos y por ser las más interesantes y hermosas de este país.
Antiguamente, ambas formaban una sola población, pero con la llegada de los árabes y por motivos de defensa, fueron divididas en dos con una zanja que las separaba. Increíble, ¿verdad?
Mdina, escenario de Juego de Tronos
Mdina llegó a ser la capital de Malta y visitarla resulta fascinante de día por el esplendor de sus palacios, edificios religiosos y las maravillosas casas señoriales, pero ¡el atardecer es excepcional!
Por la noche, cientos de farolillos iluminan toda la belleza y el perfecto estado de conservación arquitectónico de la ciudad. Por eso, la ciudad ha sido escenario de algunas escenas de la serie Juego de Tronos. ¡Pura magia!
¿Sabías que es una ciudad muy pequeñita? Aunque sea belleza es desmesurada, su tamaño te permitirá conocerla en unas horas. Los imprescindibles de esta ciudad-museo son muchos: la muralla y la puerta de Mdina; el Palacio de Vilhena de 1730, que es un bello ejemplo de arquitectura barroca francesa y que hoy alberga el Museo de Historia Natural de Malta; o la Torre del Estandarte, ubicada en la misma plaza que el mencionado palacio, la Plaza Publio, y que acoge la oficina de turismo.
¡Y no te puedes perder la catedral y el Museo de San Pedro y San Pablo! Y para acabar, el Palacio Falzon. Este es el edificio medieval que mejor se ha conservado y actualmente es un museo que contiene nada menos que cuarenta y cinco colecciones de pintura y una biblioteca con más de 4.500 volúmenes y manuscritos.
Rabat, un laberinto
Contigua a Mdina y no menos interesante se encuentra Rabat. ¿Quieres descubrir qué hay bajo sus cimientos? ¡Un laberinto! Y es que bajo sus calles excavaron un verdadero laberinto para enterrar a sus muertos cuyos cimientos perduran e impresionan al visitante.
Si acudes a Rabat no te puedes ir sin visitar las catacumbas de San Pablo y Santa Águeda, unas galerías subterráneas de las primeras datan de los siglos III al VIII DC. Tienen más de 4 km de longitud y una capacidad para 1000 cuerpos. ¡Pero no te asustes! Te contamos la historia.
Se cree que su origen se remonta a los fenicios y, posteriormente, fueron utilizadas por los romanos y cristianos. Se piensa que San Pablo, que llevó el cristianismo a Malta, estuvo escondido en una de estas grutas durante su estancia por Malta. De ahí su nombre.
Descubrir Mdina y Rabat, las ciudades más hermosas del archipiélago maltés, es muy sencillo, pues se encuentran a media hora en coche de La Valletta y se puede llegar en taxi o en las diferentes líneas de autobús. Ambas son visita obligada en todo viaje al archipiélago maltés y un claro testimonio de la rica historia maltesa. ¡Qué ganas!
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Malta es una maravilla, ahora bien, no volveré en verano. El calor es insoportable. Sin embargo, la vez que estuve en Marzo, me encantó